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Receta de croquetas de confit de pato

Croquetas de confit de pato

Receta de croquetas de confit de pato



Personas: 8 Tiempo: Dificultad: Fácil

Ingredientes

  • 1 l de leche entera
  • 90 g de harina
  • 45 g de mantequilla
  • 45 g de aceite de oliva
  • 1 cebolla
  • 2 ó 3 cuartos traseros de confit de pato (dependiendo del tamaño)
  • 1 pizca de nuez moscada
  • 1 ó 2 huevos
  • Pan rallado
  • Aceite de oliva suave para la fritura
  • Sal y pimienta

Elaboración

  1. Preparar el confit de pato:
    1. Calentar el confit de pato al horno o en el microondas para fundir la grasa. Secar con papel absorbente y quitarle la piel.
    2. Desmigar el pato teniendo cuidado de quitar todos los huesos. A veces puede tener huesos astillados que se mezclan con la carne. Reservar.
  2. Masa para las croquetas de confit de pato:
    1. Pelar la cebolla y picarla lo más fino posible.
    2. En una gran sartén, calentar el aceite de oliva junto con la mantequilla.
    3. Cuando el aceite esté caliente y la mantequilla se haya derretido, añadir la cebolla y sofreír a fuego medio-bajo hasta que esté tierna y translúcida.
    4. Mientras tanto, poner a calentar la leche en un cazo a fuego medio hasta que rompa a hervir. Este paso también se puede hacer en el microondas.
    5. Espolvorear la harina sobre la cebolla, mezclar bien y dejar cocer un par de minutos para que ésta pierda el sabor a crudo.
    6. Incorporar ⅓ de la leche caliente. Mezclar vigorosamente con unas varillas o cuchara de madera hasta obtener una crema lisa y sin grumos
    7. Añadir la mitad de la leche restante y repetir la operación. Cocer a fuego medio hasta que tenga una consistencia espesa.
    8. Terminar de incorporar la leche y dejar cocer hasta que la bechamel empiece a separarse de las paredes.
    9. Sazonar con sal, pimienta blanca y nuez moscada al gusto.
    10. Agregar el confit de pato desmigado y dejar cocer un par de minutos más para mezclar sabores. Remover frecuentemente.
    11. Transferir la bechamel a una bandeja y cubrir con film plástico en contacto con la bechamel para que la superficie no se reseque. Hacer unos agujeros en el plástico para que el calor no se condense.
    12. Dejar enfriar y luego meter en la nevera hasta que la masa para las croquetas esté bien fría. Lo ideal es hacerlo de un día para otro.
  3. Moldeado de las croquetas:
    1. Cuando la bechamel haya reposado, moldear las croquetas dándole forma con las manos húmedas o engrasadas o ayudándose con un par de cucharas.
    2. Pasarlas por huevo y luego por pan rallado. Una sola capa de rebozado será suficiente, pero hay que verificar que quede uniforme y sin agujeros.
  4. Fritura:
    1. Calentar el aceite de oliva para la fritura en una sartén, en un cazo con fondo espeso o en la freidora a 170 ºC.  La cantidad de aceite debe ser suficiente para cubrir las croquetas.
    2. Freír en el aceite caliente hasta que tengan un bonito color dorado. Hacerlo por tandas y freír pocas a la vez para que el aceite no pierda temperatura. Si el aceite se enfría, las croquetas se abrirán y además, quedarán grasientas.
    3. Una vez fritas, escurrir y dejar reposar sobre papel absorbente para recoger el exceso de aceite.
  5. Y ya está. Servir las croquetas de confit de pato aún calientes. ¡Buen provecho!

 

Sugerencias, trucos y consejos

  • Estas croquetas de confit de pato las puedes perfectamente solas como entrante, aperitivo o tapa.
  • Puedes sustituir un aparte de la leche por nata para cocinar para que queden mucho más cremosas. Aunque aumentarás el aporte calórico, que ya de por si es importante en las croquetas.
  • La cebolla es opcional, aunque le da un punto muy rico.
  • Si lo prefieres, puedes enharinar las croquetas antes de pasarlas por huevo. Yo prefiero sólo con huevo y pan rallado para que quede un rebozado más suave.
  • Es aconsejable que el aceite por completo las croquetas para una fritura perfecta. Para utilizar poco aceite, para mi el mejor utensilio es un cazo pequeño de fondo grueso y freír en el aceite caliente unas 3 o 4 a la vez.
  • Las croquetas se pueden congelar, una vez rebozadas o, incluso, en cuanto se les da la forma y rebozarlas luego justo en el momento de consumir. Para congelarlas, meterlas en un recipiente de plástico y que no estén muy aplastadas para que no pierdan la forma y no se peguen unas a otras.
  • Verifica que el film plástico sea apto para usarlo con productos en caliente.