
Receta de mejillones al romero
Autor: Damián Serrano Personas: 2 Tiempo: Dificultad: Fácil
Ingredientes
- 1,5 kg de mejillones limpios y con concha
- 100 ml de vino blanco
- 1 rodaja de limón
- 2 hojas de laurel
- 2 o 3 ramas de romero
- 2 o 3 ramas de perejil
- ½ cebolla mediana
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- Romero fresco picado
- Perejil fresco picado
Elaboración
- Pasa los mejillones por agua fría. Descarta los rotos y los abiertos que no cierran al darles un golpecito o al apretarles suavemente la concha, esos no valen. Con un cuchillo o estropajo metálico raspa la concha para quitar incrustaciones. Retira la barba tirando de ella hacia la bisagra de la concha, no hacia la punta, para no desgarrar el molusco. Enjuaga de nuevo.
- Pela y pica fino la media cebolla. Pela y pica fino los dos dientes de ajo. Lava, seca y reserva dos o tres ramitas de romero y otras tantas de perejil, una parte la usaremos enteras para aromatizar y otra picada al final. Corta una rodaja de limón. Mide cien mililitros de vino blanco. Ten a mano una olla amplia con tapa.
- Calienta una cucharada de aceite de oliva en la olla a fuego medio. Añade la cebolla, dos hojas de laurel, las ramitas de romero y las de perejil. Sofríe seis o siete minutos, que la cebolla quede tierna y translúcida. Una pizca de sal ayuda a que sude, pero sin pasarse, que el caldo de los mejillones ya trae sal de serie.
- Incorpora ahora el ajo picado y remueve unos treinta o cuarenta segundos. Si ves que empieza a coger color, baja el fuego, no queremos que amargue.
- Añade la rodaja de limón y vierte el vino blanco. Sube el fuego al máximo y deja un minuto que hierva para evaporar el alcohol. Raspa el fondo con la cuchara para recuperar todo el sabor del sofrito.
- Echa los mejillones bien escurridos a la olla. Mezcla una vez, tapa y deja el fuego alto. En cuanto veas que el vapor intenta escapar por la tapa, cuenta tres o cuatro minutos.
- Durante la cocción, sacude la olla agarrándola por las asas una o dos veces. Así los de abajo suben arriba y todos se abren de manera uniforme.
- En cuanto estén abiertos la gran mayoría, retira del fuego. No alargues más la cocción o se encogerán. Los que no se hayan abierto tras este tiempo, mejor desecharlos.
- Pasa los mejillones con una espumadera a una fuente caliente. Cuela el caldo que queda en la olla con un colador fino forrado con una gasa o un filtro de café para atrapar arenilla y restos de hierbas. Ese jugo es oro.
- Pica romero, solo las hojitas, y perejil bien finitos. Espolvorea generoso por encima de los mejillones. Si te apetece, salsea con dos o tres cucharadas del caldo caliente colado. Un toque de pimienta molida al momento también queda muy bien.
- Lleva los mejillones a la mesa al instante. Van genial con patatas fritas, ya sean tradicionales, al horno o freidora de aire y con pan para mojar el jugo.
Sugerencias, trucos y consejos
- A la hora de servir, un hilo de aceite de oliva en crudo aromatizado con romero por encima realza mucho el sabor.
- Antes de cocinarlos, los mejillones se pueden conservar en la nevera cubiertos con un paño húmedo, nunca en agua. Se mantienen bien uno o dos días.
- Si compras mejillones de criadero, de los que vienen envasados, normalmente ya vienen bastante limpios, pero aun así conviene revisarlos y darles un repaso.
- Enfría rápido el caldo colado, guarda en un tarro hasta tres días en la nevera o hasta tres meses en el congelador.
- El caldo sobrante lo puedes usar también como base para sopas de pescado, fideuás o incluso para hacer una salsa rápida para pasta con mariscos.
- Para un arroz blanco que acompañe pescado: usa mitad agua y mitad caldo de mejillones.
- El romero es potente, así que en cocción mejor en ramita y el picado solo al final. Si no quieres usar vino, puedes poner agua o un poco de caldo de pescado. No añadas mucha sal al principio, prueba al final y corrige si hiciera falta. Y si preparas mucha cantidad, hazlo en tandas para que no se amontonen y se abran bien.
- El caldo es muy sabroso, pero puede salir con algo de arenilla. Por eso lo ideal es colarlo siempre con un paño fino o un filtro de café.
- Recuerda que los mejillones que no se abran durante la cocción hay que desecharlos. No insistas, no son aptos para comer.

¡Hola! Me llamo Damián y, aunque de mayor siempre quise ser informático, ahora lo que realmente me apasiona es la cocina. Si estás leyendo esto, te doy la bienvenida a estoyhechouncocinillas.com. Este es mi blog personal en el que comparto todas aquellas recetas que me gustan y, sobre todo, disfruto cocinando.