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Receta de ají de gallina

Ají de gallina

¡Hola, cocinillas! Hoy quiero invitarte a un viaje culinario hasta el corazón de Perú sin salir de tu cocina. Imagina que estás allí, paseando por sus calles llenas de color y el aroma del ají de gallina te llega a la hora de la comida. Me hace ilusión enseñarte a prepararlo, para que cada bocado te acerque a la tradición peruana. ¿Te animas?

¿Quieres saber cómo hacer ají de gallina?

El ají de gallina o ají de pollo es un guiso considerado uno de los platos emblema de la cocina casera de Perú. Además de gallina o pollo, que va cocido y desmenuzado, lleva una salsa a base de ajíes, que es como se llaman a los pimientos por allí. ¡No te preocupes! Aunque son de variedades autóctonas, son muy fáciles de encontrar en prácticamente cualquier tienda de productos latinos, tanto física como en línea. Los venden en forma de pasta, un formato muy popular en su país de origen, por lo que estarás haciendo la receta casi como si fueras de allí.

Aparte del guiso, este plato se suele acompañar con patatas, arroz blanco y huevo cocido. Para decorar, se le pone muchas veces unas aceitunas negras. Por cierto, las patatas son una variedad andina, pero puedes sustituirla perfectamente por unas patatas de aquí que sirvan para cocer. Y poco más queda por decir.

En el blog encontrarás más recetas con pollo desmenuzado. No te puedes perder mis berenjenas rellenas de pollo porque están espectaculares. También tienes las enchiladas de pollo que estoy seguro que te van a encantar. Y si buscas algo fácil, pásate a preparar mi pasta con pollo y espinacas, una combinación fácil para un plato riquísimo. Si te quedas con ganas de más, échale un ojo al buscador del blog. Allí vas a encontrar un montón de ideas más.

Ají de gallina

Receta de ají de gallina

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Personas: 4 Tiempo: Dificultad: Fácil

Ingredientes

  • 3 pechugas de pollo o gallina
  • 3 cucharadas de pasta de ají amarillo
  • 1,5 cucharadas de pasta de ají mirasol
  • ½ cucharadita de ají panca (más o menos al gusto)
  • 1 cebolla
  • 2 ajo pelados
  • 1 pizca de comino
  • 75 g de miga de pan del día anterior
  • 200 ml de leche evaporada
  • 500 ml de caldo de pollo (aunque luego va a sobrar)
  • 3 o 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta
  • 2 o 3 cucharadas de nueces pecanas picadas (opcional)
  • Parmesano rallado al gusto
Para servir:
  • Arroz blanco cocido
  • 2 o 3 huevos cocidos
  • 4 patatas medianas cocidas
  • Aceitunas negras

Elaboración

  1. Para empezar, ponemos a cocer las patatas en agua con sal hasta que se noten tiernas al pincharlas con un cuchillo. Este paso puede tardar unos 30 minutos, dependiendo del tamaño.
  2. Luego, ponemos en remojo el pan en la leche evaporada.
  3. Por otro lado, colocamos las pechugas en una olla y las cubrimos con el caldo. Ponemos al punto de sal, calentamos y cuando empiece a hervir, dejamos que cueza de 10 a 15 minutos.
  4. Sacamos las pechugas del caldo, reservando el mismo para más tarde. Dejamos que las pechugas pierdan un poco de temperatura.
  5. Mientras el pollo se enfría, pelamos y picamos la cebolla y los ajos.
  6. Calentamos el aceite en una sartén y sofreímos la cebolla a fuego medio-bajo unos 10 minutos, hasta que esté bien pochada.
  7. Después, añadimos el ajo junto con una pizca de comino y mezclamos.
  8. Acto seguido, incorporamos las 3 cucharadas de pasta de ají amarillo, 1,5 cucharadas de pasta de ají mirasol y para el toque picante su 1/2 cucharadita de pasta de ají panca.
  9. Mezclamos bien y cocinamos hasta que reduzca y se vea separado del aceite.
  10. En cuanto esto ocurra, añadimos el pan con la leche evaporada y dejamos cocinar por un par de minutos. Después, trituramos la salsa.
  11. Ahora es un buen momento para poner a cocer el arroz y los huevos.
  12. En este momento, el pollo ya debe estar tibio y podemos manipularlo sin quemarnos, así que procedemos a desmenuzarlo.
  13. Volvemos a calentar la salsa de ajíes y añadimos el pollo.
  14. Cubrimos con el caldo que habíamos reservado hasta que tenga la textura cremosa, ponemos al punto de sal y pimienta y dejamos que cueza unos 5 minutos más.
  15. Antes de servir, incorporamos las nueces pecanas picadas y un poco de queso parmesano rallado.
  16. Para servir, colocamos una ración de arroz en los platos y las patatas cocidas, peladas y partidas en dos o tres trozos.
  17. ¡Y ya está! Servimos el ají de gallina sobre las patatas y decoramos con aceitunas y huevo cocido. ¡Buen provecho!

 

Sugerencias, trucos y consejos

  • El ají de gallina es un plato picante. Aunque bastante suave.
  • Si no tuvieras a mano los ajíes para la receta, otra opción es combinar pimiento amarillo con un poco de cayena u otra guindilla para imitar tanto el color como el picante.
  • La textura final que buscamos es que no sea ni demasiado líquida ni demasiado espesa, similar a la de una bechamel ligera.
  • Tradicionalmente se utiliza gallina, que es más sabrosa pero también más dura, por lo que si quieres usarla, deberás tener en cuenta que los tiempos de cocción son más largos hasta que esté tierna.
  • El pollo es una excelente alternativa por su suavidad y rapidez de cocción. Yo he usado pechugas hou, pero para un sabor más intenso, puedes optar por partes del pollo con más grasa, como los contramuslos.
  • Las nueces pecanas y el parmesano son opcionales. Incluso valen las nueces normales.
  • Si te sobra ají de gallina, puedes guardarlo en un recipiente hermético en la nevera por hasta tres días. Para recalentarlo, hazlo a fuego lento, añadiendo un poco de leche o caldo si la salsa se ha espesado demasiado.

 

Ahora ya sabes cómo hacer ají de gallina

Hemos llegado al final de nuestro viaje culinario preparando ají de gallina. ¿Te ha gustado la receta? Espero que tengas la misma satisfacción que yo, por haber traído un pedacito de Perú a tu mesa. Este plato, con su rica combinación de sabores es toda una experiencia que trasciende fronteras.

Te animo a que no dejes que esta receta se quede solo en papel. Cocinar es explorar, experimentar y, sobre todo, compartir. Así que, invita a tus amistades o familia y prepárales este delicioso plato, cuéntales su historia y todo lo que has aprendido sobre él. Y si sientes venir la inspiración, ¿por qué no darle tu propio toque personal? La cocina es creatividad y cada plato refleja quien somos.

Para terminar, no olvides compartir tus experiencias, dudas o las variaciones que hayas probado dejándome un mensaje aquí más abajo en los comentarios. Me encantaría saber cómo te ha ido y qué piensas del ají de gallina. Tu opinión nos ayuda a crecer y mejorar, a ti y a mí, en este maravilloso viaje culinario. Pero no te quedes ahí: comparte tu creación con una foto en tus redes sociales y etiquétanos. Así que, ya sabes, ¡a cocinar y a compartir!

Si eres cocinillas y te gustan las recetas de cocina fáciles para cada día, te invito a unirte a mi página de Facebook y a seguirme en Twitter e Instagram, para no perderte ningún detalle.¡Ya verás como vamos a cocinar rico!

Gracias por acompañarme en esta aventura. ¡Hasta la próxima receta, cocinillas!

 

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