Receta de crema de puerros con queso azul

 

Cómo hacer crema de puerros con queso azul. Receta fácil paso a paso. Aprende a preparar una crema suave de verduras con el toque potente del queso azul, perfecta para entrar en calor.

Crema de puerros con queso azul
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¡Hola, cocinillas! No se si a ti te pasa, pero a mí, cuando aprieta el frío, lo que más me apetece es un cuenco grande de crema bien calentita, de esas que casi te abrazan desde la primera cucharada. Esta crema de puerros con queso azul es justo eso, sencilla pero con su puntito diferente que la hace especial. El puerro manda en sabor, pero va bien acompañado de cebolla, zanahoria y nabo, que aportan matices dulces y una textura muy cremosa. Y luego está el queso azul, que aparece al final para rematar la jugada con un toque intenso que engancha. Si te gustan las cremas de verduras con algo de personalidad, esta te va a alegrar más de una cena.

¿Quieres saber cómo hacer crema de puerros con queso azul?

Se trata de una crema de verduras bastante fácil, pensada para que el sabor principal sea el puerro, con ese punto suave y ligeramente dulce que tanto me gusta. La zanahoria y el nabo ayudan a espesar y a redondear el conjunto sin robar protagonismo y la cebolla refuerza el fondo del guiso. El queso azul entra al final, ya fuera del fuego, para que se funda con el calor residual y deje su sabor marcado pero sin resultar exagerado.

El resultado es una crema fina, con textura muy suave, que queda la mar de bien tanto como primer plato de diario como en una cena algo más especial. ¡Sorprende siempre! La preparación no tiene misterio. Verduras pochadas en una cazuela con aceite de oliva, para que cojan sabor sin dorarse demasiado. Después añadimos el caldo o agua, cocemos hasta que todo esté bien tierno y trituramos hasta que quede una mezcla lisa. En ese momento incorporamos el queso azul, dejamos que se funda y volvemos a triturar un poco para integrarlo mejor. Solo queda ajustar de sal, pimienta y nuez moscada, y servir con un poco más de queso por encima para rematar.

Queso azul para la crema de puerros

Si te gusta esta crema, seguro que también te apetecerán otras sopas y cremas de verduras que tengo publicadas, igual de reconfortantes y sin demasiadas complicaciones. Si buscas la crema de puerros original, la encontrarás aquí. También tengo la crema de calabacín y puerro y hasta la archiconocida vichyssoise. ¡Todas para disfrutarlas! Y si te quedaste con ganas de más, pásate por el buscador del blog y prueba a escribir “puerro”, “crema de verduras” o “sopa” para encontrar más ideas. Verás que hay un montón de opciones para variar los menús de invierno sin aburrirte.
Además, muchas se pueden dejar hechas con antelación, así que vienen genial para organizarte la semana.

 

Crema de puerros con queso azul
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Receta de crema de puerros con queso azul

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Personas: 4 Tiempo: Dificultad: Fácil

Ingredientes

  • 3 puerros grandes limpios (parte blanca y algo de la verde más tierna)
  • 1 cebolla mediana pelada y troceada
  • 1 zanahoria grande pelada y troceada
  • 1 nabo mediano pelado y troceado
  • 120 g de queso azul en trocitos
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 l de caldo de pollo o de verduras, o agua
  • Nuez moscada rallada
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Queso azul (desmigado, para servir)
  • Perejil fresco (para decorar, opcional)

Elaboración

  1. Empieza preparando todos los ingredientes para que luego vaya todo seguido. Lava bien los puerros, abriéndolos a lo largo si hace falta, para quitar la tierra que suele esconderse entre las capas.
  2. Corta los puerros en rodajas. Pela la cebolla, la zanahoria y el nabo y trocea todo en dados de tamaño parecido.
  3. Pon una olla o cazuela amplia a fuego medio con las 3 cucharadas de aceite de oliva. Cuando esté caliente, añade los puerros, la cebolla, la zanahoria y el nabo. Sala ligeramente, remueve y deja que se vayan pochando unos 15 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se agarren al fondo. Si ves que se secan, puedes echar una cucharada de agua para ayudar a que sigan sudando.
  4. Cuando las verduras estén bien tiernas, cúbrelas con el caldo o el agua. Lleva a ebullición, baja el fuego y cocina tapado de 20 a 25 minutos, hasta que la zanahoria y el nabo estén blandos al pinchar con un cuchillo. Si usas olla exprés, cierra la tapa y cocina unos 10 minutos desde que suba la presión o empiece a silbar. Después, apaga el fuego y deja que baje la presión antes de abrir la olla con calma.
  5. Retira la cazuela del fuego y espera un par de minutos a que deje de hervir a borbotones. Añade los 120 g de queso azul troceado a la olla, remueve un poco para que empiece a fundirse con el calor.
  6. Con la batidora de mano, tritura bien hasta obtener una crema lisa, sin tropezones. Si queda demasiado espesa, puedes añadir un poco más de caldo o agua. Si la ves muy líquida, devuélvela al fuego suave unos minutos para que reduzca.
  7. Si quieres que quede con una textura muy fina, pásala por un colador o un chino.
  8. Prueba ahora de sal, teniendo en cuenta que el queso azul ya aporta bastante. Añade un poco de pimienta negra molida al gusto y una pizca pequeña de nuez moscada recién rallada, que le va de maravilla.
  9. Cuando esté a tu gusto, pon la crema de nuevo al fuego muy suave solo un par de minutos, removiendo, para que quede bien caliente antes de servir.
  10. ¡Y ya está! Reparte la crema de puerros con queso azul en cuencos o platos hondos. Termina con un poco de queso azul desmigado en el centro y, si quieres, unas hojas de perejil fresco para dar un toque de color. Llévala a la mesa rápidamente, que es como más se disfruta, bien calentita. ¡Buen provecho!

 

Sugerencias, trucos y consejos

  • Elige puerros bien firmes, con la parte blanca larga, que son más tiernos y tienen un sabor más agradable.
  • Puedes usar el queso azul que más te guste: tipo Roquefort, Cabrales, Gorgonzola o alguno más suave si no quieres tanto golpe de sabor.
  • Si te apetece una crema un poco más “golosa”, añade un chorrito de nata líquida al final o sustituye parte del caldo por leche entera.
  • Para un sabor algo más suave, puedes cambiar parte del nabo por una patata mediana troceada y cocerla junto con el resto de verduras.
  • Queda muy bien servida con un toque crujiente: unos picatostes de pan, nueces troceadas o unas semillas tostadas por encima.
  • Si te sobra crema, guárdala en un recipiente hermético en la nevera. Aguanta bien de 3 a 4 días.
  • También se puede congelar: deja que se enfríe por completo, repártela en recipientes o bolsas para congelación y congélala hasta 2 meses.
  • Para descongelarla, pásala la noche anterior a la nevera y luego caliéntala en un cazo a fuego suave, removiendo, sin dejar que hierva fuerte para que no se separe. También puedes descongelar y recalentar en el microondas.

 
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Puerros para hacer la crema con queso azul

Ahora ya sabes cómo hacer crema de puerros con queso azul.

Anímate a prepararla en casa cualquier día de estos en que no te apetezca complicarte pero sí te pida el cuerpo algo caliente y reconfortante. No necesitas técnicas raras ni ingredientes imposibles, solo un poco de cariño y dejar que las verduras hagan su magia en la cazuela. Además, es una receta que se presta a dejar hecha con antelación y recalentar justo antes de comer. Perfecta para esos días de entre semana en los que quieres cenar bien sin pasarte horas en la cocina. Verás como una vez que la pruebes la repites más de una vez.

Si la haces, me encantará saber qué te ha parecido. Cuéntame en los comentarios si te mola el punto del queso azul o si prefieres hacerlo con un queso un poco más suave. Aprovecha también para dejar tus dudas, sugerencias o cambios que hayas hecho a tu gusto, que siempre dan ideas nuevas. Podemos ir afinando las recetas y saliendo de la rutina de siempre. Y así también sé qué tipo de platos te apetece ver más por aquí.

Para terminar, si esta crema de puerros con queso azul te ha gustado, te invito a puntuar la receta con estrellas. Dale al me gusta si la has disfrutado y compártela en tus redes sociales o mándasela a quien creas que le puede venir bien una idea calentita. Ese pequeño gesto ayuda muchísimo a que el contenido llegue a más gente. Y a mí me anima un montón a seguir encendiendo los fogones y probando cosas nuevas.

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¡Nos vemos en la próxima receta!

 
 

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