Receta de pastel frío de acelgas en terrina

¡Hola, cocinillas! Si me sigues desde hace tiempo, entonces seguro que ya has leído en más de una ocasión que las acelgas son una de mis verduras favoritas, incluso más que las espinacas, diría yo. No obstante, aunque las acelgas a la extremeña es un plato que me encanta, con sus patatas, su pimentón y demás cosa rica, esta vez me apetecía encontrar una manera diferente para prepararlas. Así, pensando un poco se me ocurrió por qué no preparar este pastel frío de acelgas en terrina. Pues oye, debo decir que es justo lo que andaba buscando y, si te gustan las acelgas, creo que tú también lo vas a necesitar. Te va a sorprender lo fácil que es de hacer y lo bien que queda presentado.

¿Quieres saber cómo hacer este pastel frío de acelgas en terrina?

Para elaborar esta receta vamos a necesitar un buen manojo de acelgas, esas que tienen hojas grandes y tiernas. Lleva también para el relleno cebolla, huevo y nata líquida, y puedes añadir un puerro si lo tienes por casa. El resultado es una especie de flan salado, suave y sabroso, con un punto muy elegante para servir en frío y que se puede acompañar con mayonesa o con una tomate frito casero que lo eleva a otro nivel.

Y lo mejor de todo, para prepararlo solo se necesita triturar unos ingredientes poro un lado, rehogar otros en la sartén, meter todo en el molde y hornear al horno al baño maría. Terminaremos bien forrando el molde con algunas hojas de acelga para que quede más vistoso. Como se indica en el molde, el horneado se hace en una terrina, que es un molde muy típico de la cocina francesa que ya lleva la tapa incorporada. No obstante, se puede hacer muy fácil en casa en un molde rectangular de los típicos para bizcocho. Luego, solo nos quedará enfriar muy bien antes de servir.

Si te ha gustado esta idea, te recomiendo que eches un vistazo a otras recetas similares que ya tengo publicadas, como el pastel de espárragos, que también están de temporada, o el pastel frío de calabacín que queda también muy rico. Y si buscas algo en concreto o perderte enl as recetas buscando inspiración, no dudes en usar el buscador del blog. ¡Hay muchísimas ideas esperándote!

Receta de pastel frío de acelgas en terrina

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Autor: Damián Serrano
Personas: 6 Tiempo: 1 h 30 m (más reposo en la nevera) Dificultad: Fácil

Ingredientes

• 1 manojo de acelgas (de 6 a 8 hojas grandes)
• 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva
• 1 cebolla
• 1 puerro (opcional)
• 3 huevos
• 200 ml de nata líquida
• Sal
• Pimienta negra molida
• Nuez moscada molida

Elaboración

1. Limpia las acelgas
   1. Retira la parte seca del tallo y lávalas bien bajo el grifo para eliminar cualquier resto de tierra.
   2. Separa las pencas de las hojas. No es necesario quitarle los hilos a las pencas.
   3. Pon a hervir agua con una pizca de sal y un bol con agua fría al lado.
   4. Cuando rompa a hervir, sumerge las hojas enteras durante unos 30 segundos, solo lo necesario para que se ablanden ligeramente y, después, pásalas al bol con agua fría para cortar la cocción y fiar el color verde.
   5. Reserva algunas hojas enteras para el forrado del molde.
   6. Corta ahora las pencas en cuadraditos y hiérvelas 5 minutos. Al ser trocitos pequeños los hilos de las pencas no nos van a molestar. Escurre y reserva.
2. Pica y sofríe la cebolla y el puerro
   1. Pela la cebolla y pícala en trocitos pequeños. Lava el puerro, retira las partes más verdes y córtalo también en trocitos.
   2. En una sartén amplia, echa un chorrito de aceite de oliva y caliéntalo a fuego medio. Cuando esté caliente, echa la cebolla y sofríe unos 5 o 6 minutos.
   3. Agrega el puerro, mezcla bien y sofríe hasta que tanto la cebolla como el puerro estén tiernos. No olvides remover de vez en cuando para evitar que se quemen.
   4. Incorpora las pencas cocidas, mezcla, rehoga un par de minutos, retira la sartén del fuego y deja que se entibien un poco.
3. Prepara la mezcla del pastel
   1. En el vaso de la batidora, pon las hojas de acelgas, rompe los huevos, añade la nata líquida, un pellizco de sal, una pizca de pimienta negra molida y un toque de nuez moscada al gusto. Tritura.
   2. Junta en un bol esta mezcla triturada que acabas de obtener con las pencas rehogadas. Mezcla bien.
   3. Toma un molde rectangular de 24 x 7 cm de lado o una terrina de tamaño similar y engrasa con aceite de oliva el interior.
   4. Para que sea más fácil desmoldar, corta un rectángulo de papel de hornear del mismo tamaño que la base y colocalo en el fondo.
   5. Vierte la mezcla dentro del molde y nivela la superficie.
      
4. Prepara el horno y el baño maría
   1. Precalienta el horno a 180 ºC para que esté caliente cuando metas la terrina.
   2. Escoge una bandeja honda o fuente apta para horno, lo bastante grande para que quepa el molde dentro. En ella, más tarde pondrás agua caliente para cocinar al baño maría. Lo ideal es que el agua alcance al menos hasta la mitad de la altura del molde para una buena cocción.
   3. Pon a hervir un litro de agua en un cazo a parte.
5. Hornea al baño maría
   1. Coloca el molde con la mezcla dentro de la bandeja o fuente y llévalo al horno. Llena la fuente con el agua hirviendo si fuera posible aproximadamente hasta la mitad de la altura del molde.
   2. Con mucho cuidado, tapa el molde poniendo otra bandeja encima o la tapa de la terrina, cierra el horno, baja a 160 ºC y hornea durante 45 minutos. Evita que el agua rompa a hervir. Si esto ocurre baja un poco la temperatura del horno.
   3. Luego destapa y hornea a 180 ºC 15 minutos más hasta que esté perfectamente cuajado. Aunque el tiempo exacto puede variar un poco.
   4. Para comprobar si está cuajado, inserta un cuchillo en el centro y si éste sale limpio, el pastel está listo y si sale manchado, necesita unos minutos más de cocción.
      
6. Deja enfriar y desmolda
   1. Una vez que el pastel esté cuajado, apaga el horno, retira con cuidado del horno y deja templar unos minutos antes de sacar el molde del agua para evitar accidentes.
   2. Deja que repose a temperatura ambiente hasta que esté templado y luego llévalo a la nevera unas 4 horas o mejor hasta el día siguiente.
   3. Para desmoldar, pasa un cuchillo fino por los bordes para ayudar a separarlo del molde y voltéalo sobre un plato o bandeja.
7. ¡Y ya está! Solo te queda forrarlo con las hojas de acelga reservadas, darle algún toque más de decoración si lo deseas y llevarlo a la mesa. ¡Buen provecho!

 

Sugerencias, trucos y consejos

• Este pastel se consume frío. Sírvelo directamente sobre un plato, acompañado de mayonesa o sobre una cama de salsa de tomate. También queda genial con alguna salsa tipo alioli suave o, para un toque fresco una salsa de yogur con hierbas.
  
• Parala presentación, corta el pastel en rebanadas de unos 2 cm de grosor. Su interior quedará suave y jugoso, y la capa externa de acelgas se verá muy atractiva.
• Puedes decorarlo con unas hojas de perejil o cebollino fresco picado
• Forrar el pastel tras hornearlo para una presentación perfecta. Lo hacemos así pues una de las mayores dificultades al preparar pasteles de verduras es que, al forrar el molde con hojas antes de hornear, el relleno puede escaparse y manchar la parte exterior. Además, la cocción de las hojas a alta temperatura puede hacer que se tornen oscuras o con un aspecto menos apetecible.
• Si no tienes acelgas a mano o quieres añadir variedad, puedes combinar espinacas, acelgas y hojas de kale. Cada una aporta matices de sabor ligeramente distintos.
• Queda genial también con champiñones o setas, previamente salteados para que pierdan parte de su humedad.
• Un puñadito de gambas crudas troceadas le da un toque muy interesante. Si te sobra pescado blanco o salmón, puedes desmenuzarlo e incorporarlo a la mezcla para obtener un pastel más completo.
  
• Además de la nuez moscada, puedes recurrir a pimienta de diferentes tipos (rosa, blanca o negra) y hierbas como el tomillo o el cebollino, que suman un aroma fresco.
• Un puñado de queso rallado, tipo parmesano o cheddar, mezclado con los huevos y la nata, puede dar un matiz muy sabroso.
• Si observas que la mezcla queda demasiado líquida, añade una cucharada de pan rallado o de harina (tamizada) para ayudar a absorber la humedad y cuajar mejor durante el horneado.

Cómo conservar

• Guarda el pastel en la parte más fría de tu frigorífico, idealmente en un recipiente hermético tapado para evitar que coja olores de otros alimentos. Así puede durar de dos a tres días.
• Procura no cortar el pastel en porciones hasta el momento de servir, para que conserve mejor la frescura y jugosidad. Si ya lo tienes en rebanadas, júntalas las unas con las otras para que no se resequen.

Cómo regenerar

• Este pastel está pensado para consumirse frío o a temperatura ambiente. Sin embargo, si te apetece templarlo, lo mejor es que lo hagas a baja potencia en el microondas o en el horno muy suave (unos 150 ºC). De este modo no se resecará ni se cuarteará la capa exterior.
• Si lo sacas de la nevera un poco antes de servir, cogerá un punto intermedio de temperatura que suele resultar muy agradable.

pastel frío Recetas con acelgas Recetas con horno

 

Ahora ya sabes cómo hacer un pastel frío de acelgas en terrina

¿Qué te ha parecido la receta? Solo puedo decirte que te animes a prepararlo. Es ideal porque es fácil, económico y con ese punto diferente que marca la diferencia que te sirve tanto como una receta de diario como para reservarla y presentarla en una ocasión especial.

Y si lo haces, me encantará saber si te ha gustado. ¿Lo serviste con mayonesa o con salsa de tomate? ¿Lo forraste con hojas o lo decoraste de otra manera? ¡Cuéntame! Déjame un comentario con tus impresiones, tus dudas o sugiéreme alguna que otra variante. ¡Estoy aquí para leerlo todo!

Para terminar, antes de irte, no olvides puntuar la receta con estrellas, darle al me gusta y compartirla en redes sociales. ¡Así más gente podrá hacerse fan de las acelgas!

¡Hasta pronto!

Damián Serrano

¡Hola! Me llamo Damián y, aunque de mayor siempre quise ser informático, ahora lo que realmente me apasiona es la cocina. Si estás leyendo esto, te doy la bienvenida a estoyhechouncocinillas.com. Este es mi blog personal en el que comparto todas aquellas recetas que me gustan y, sobre todo, disfruto cocinando.