Receta de panna cotta de maracuyá
Cómo hacer panna cotta de maracuyá. Receta fácil paso a paso. Cremosa y con un toque de vainilla, coronada con un coulis brillante y aromático.

¡Hola, cocinillas! La panna cotta es de esos postres que parecen de restaurante, pero en casa salen de lujo si sigues cuatro puntos clave. Es la típica receta que te solucionará una comida especial o una cena entre semana, porque se prepara con antelación, es muy fácil y siempre gusta. Esta vez la combino con maracuyá, un sabor exótico que me encanta y que aporta ese puntito ácido que despierta las papilas.
Y encima lo vamos a servir en vasitos, para una presentación bonita sin complicarte. ¡No hay que desmoldar!
¿Quieres saber cómo hacer panna cotta de maracuyá?
La receta es una panna cotta clásica aromatizada con vainilla, servida con una capa de maracuyá ligeramente confitada. No hay mucha complicación. Lo importante es hidratar bien la gelatina y controlar la temperatura para que no se nos corte la nata.
Quizá cueste encontrar pulpa maracuyá ya preparada para hacer este plato. Es un ingrediente que lo encuentras en tiendas latinas, pero si quieres puedes preparar la pulpa en casa a partir de la fruta. ¡Te explico cómo hacerlo!
Si esta receta te gusta, en este blog tienes más ideas del estilo para seguir tirando del hilo. Tienes que probar mi panna cotta de baileys, es una delicia servida con caramelo al whisky. Para seguir dentro del tema de sabores tropicales, tienes mi batido de mango y piña la mar de refrescante. ¿Y por qué no banoffee pie para un antojo? Recuerda que siemrpe puedes usar el buscador del blog, donde está todo bastante ordenadito y te ahorra tiempo.


Receta de panna cotta de maracuyá
Ingredientes
- 400 ml de nata líquida (35% MG)
- 100 ml de leche entera
- 75 g de azúcar
- 1 vaina de vainilla (o 1 cucharadita de extracto de vainilla de calidad)
- 6 g de gelatina en hojas (o 7 g de gelatina en polvo)
- 200 g de pulpa de maracuyá (con o sin semillas, al gusto)
- 75 g de azúcar (ajusta a tu gusto y a la acidez de la fruta)
- 40 ml de agua
- 2 g de gelatina en hojas (opcional, para un acabado más firme)
- 500 g de maracuyá
Elaboración
- Lavamos las maracuyás, las partimos a la mitad y las cocemos cubiertas con agua a fuego medio hasta que estén bien blanditas (unos 15–20 minutos o hasta que la cáscara empiece a arrugarse).
- Escurrimos el agua (si queremos, reservamos un chorrito para ajustar luego la textura), ponemos las mitades en un colador y, con una cuchara, vamos presionando para separar las semillas y sacar todo el jugo. Raspamos también la parte carnosa pegada a la cáscara, la mezclamos con el jugo y trituramos hasta tener una pulpa homogénea.
- Hidratamos la gelatina. Si usamos hojas, las metemos en agua fría 10 minutos. Si es gelatina en polvo, la espolvoreamos sobre 2 cucharadas de leche fría (de la receta) y dejamos que se hinche.
- Abrimos la vaina de vainilla a lo largo y rascamos las semillas. En un cazo, ponemos la nata, el resto de la leche, el azúcar, las semillas y la vaina. Calentamos a fuego medio hasta que casi rompa a hervir, esto es, que humee y burbujee por los bordes, pero sin borbotones. Apagamos, tapamos y dejamos infusionar 10 minutos.
- Retiramos la vaina. Con el cazo ya fuera del fuego y la mezcla alrededor de 70–75 °C, incorporamos la gelatina escurrida y removemos hasta que se disuelva del todo. Si estuviera muy caliente, esperamos un poco y si se ha quedado templada de más, calentamos apenas, sin que hierva, para que la gelatina se funda bien.
- Pasamos la crema por un colador fino para cazar hilillos o motitas. Repartimos en vasitos o moldes. Dejamos templar 10–15 minutos y llevamos a la nevera un mínimo 4 horas o hasta que cuaje.
- Mientras enfrían los vasitos, preparamos la cobertura. En un cazo pequeño ponemos los 200 g de pulpa de maracuyá, el agua y el azúcar. Llevamos a ebullición suave y cocemos 10 minutos, removiendo, hasta que espese un poco. Apagamos y dejamos enfriar por completo. Si queremos una capa con más cuerpo, hidratamos aparte 2 g de gelatina, la disolvemos en la pulpa caliente y dejamos enfriar.
- Cuando la panacota esté firme, cubrimos cada vasito con la crema de maracuyá ya fría. Volvemos a la nevera mínimo 1 hora más para que asiente.
- ¡Y ya está! Sírvela directamente en los vasitos. ¡Buen provecho!
Sugerencias, trucos y consejos
- Puedes terminar rallando piel de lima por encima, ponerle coco rallado o decorar con una hojita de menta.
- Si te gusta más blanda la panna cotta, baja un poco la cantidad de gelatina. Si la quieres más firme (para desmoldar), sube a 8 g y unta los moldes con una gota de aceite neutro.
- ¡No tires la vaina de vainilla! Enjuaga, seca y aprovecha la vaina vacía para aromatizar azúcar en un bote hermético.
- Puedes dejar las semillas del maracuyá,. quedará más rústico y crujiente. Si te parecen demasiadas semillas, puedes colar la pulpa a medias: mitad colada, mitad con semillas.
- Variantes: cambia maracuyá por mango, melocotón o frutos rojos.
- ¿Cómo conservar? Guarda los vasitos tapados hasta 3 días en la nevera sin problema.
- ¿Se puede congelar? No lo recomiendo: la gelatina pierde textura y suelta agua al descongelar.
Ahora ya sabes cómo hacer panna cotta de maracuyá.
¡Anímate a prepararla esta semana! Si te apetece lucirte, es de esas recetas que te resuelven el postre sin agobios, quedan preciosas y el sabor conquista. ¡Sírvela en vasitos bonitos! Vas a ver qué bien funciona esa mezcla de cremosidad y acidez.
Quiero saber cómo te ha quedado: ¿te ha gustado? Si te surge cualquier duda con la gelatina, el punto de cocción del maracuyá o el desmoldado, déjamelo en comentarios y lo solucionamos. ¡Y puedes compartir tus sugerencias!
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¡Hasta pronto!

¡Hola! Me llamo Damián y, aunque de mayor siempre quise ser informático, ahora lo que realmente me apasiona es la cocina. Si estás leyendo esto, te doy la bienvenida a estoyhechouncocinillas.com. Este es mi blog personal en el que comparto todas aquellas recetas que me gustan y, sobre todo, disfruto cocinando.